Opinión

OPINIÓN | La vida privada de las estrellas, ¿se puede separar de su obra?

:: Eva Joli. Hace unos días, la red social Twitter se incendió a través de unas declaraciones que afirmaban, capturas de pantalla mediante, que el conocido actor Armie Hammer lleva a cabo, presuntamente, prácticas sexuales caníbales. La polémica desatada alrededor de ello ha llevado al actor a abandonar múltiples proyectos que estaba llevando a cabo, como la serie The Offer, la cual versa sobre cómo se gestó la mítica obra El Padrino.

Que un actor o director haya dejado atrás uno o varios proyectos cinematográficos debido a escándalos referidos a su vida privada no es una novedad. De hecho, un sinfín de estrellas han sido el foco de los titulares en diversas ocasiones debido a esto, especialmente con cuestiones dedicadas a su vida sexual. Ejemplo de ello es el famoso Hugh Grant, quien en 1995 fue pillado ‘in fraganti’ por la policía mientras practicaba sexo oral con una prostituta en una vía pública. De igual modo, en 2007 la prensa se hizo eco del trío que la mítica por aquel entonces pareja Brad Pitt y Angelina Jolie realizaron junto a la ‘top model’ Karolina Kurkova. Asimismo, en 2010, según datos que aporta El País, el FBI desclasificó un informe que revelaba que la actriz participó en “fiestas sexuales” con Frank Sinatra, Sammy Davis Jr. y los hermanos Ted, Robert y John F. Kennedy. 

Sin embargo, no todos estos casos se han referido a simples infidelidades o a fetiches sexuales. El actor y director Mel Gibson se ha visto envuelto en diferentes polémicas. La más sonada quizá fue la acusación de violencia de género por parte de su expareja Oksana Grigorieva en 2010 mientras esta sostenía en brazos a su bebé. El actor Johnny Depp se vio ‘obligado’ a abandonar la saga de Animales Fantásticos, donde daba vida a Gellert Grindelwald, debido a la polémica que arrastra desde hace algunos años a raíz de las declaraciones de su expareja Amber Heard, quien le denunció por maltrato.

Todo esto nos lleva a plantearnos, ¿se puede desvincular a las estrellas del mundo del séptimo arte de sus vidas personales? ¿Somos capaces de juzgar objetivamente una obra a pesar de los escándalos en los que se puedan ver envueltos sus protagonistas?

Una cosa es evidente: se trata de personajes con una inmensa repercusión mediática y social, que sirven como modelos o iconos imitados por un gran número de personas. Sus actitudes pueden llegar a ser consideradas como patrones de conducta imitables y referenciales, por lo que es necesario vigilar el modo en el que se exponen sus actos y comportamientos. El nombre de una estrella no debe cegar al público, por muy reputada y aclamada que sea su carrera.

Evidentemente, la carrera que hayan almacenado estas figuras perdurará, y no se pueden reescribir los juicios a sus obras por los detalles de su intimidad. Sus obras anteriores continuarán teniendo la misma calidad, por lo que la valoración de estas no debería verse influida. Pero, en los casos en los que estas figuras atenten contra la integridad física o moral de cualquier individuo, su carrera debería estar marcada por un punto y a parte, como mínimo. Todo acto tiene una consecuencia, y los nombres y apellidos deberían dejarse a un lado a la hora de decidir si una figura continúa en la industria cinematográfica o no.

Las estrellas del mundo del cine tienen un inmenso poder que se asemeja a un arma de doble filo: son capaces de normalizar situaciones y actitudes tanto positivas como negativas. Y en ello influye en gran cantidad la prensa y el sector audiovisual; las primeras actitudes se deben reforzar y las segundas se deben castigar de forma estricta y sin justificaciones artísticas o del tipo que sean.

Todo ello se refiere a conductas que, de una forma u otra, sean perjudiciales para con los demás, mediante las cuales se infrinja algún tipo de daño. Por otro lado, si estas figuras deciden, como el caso Pitt-Jolie, llevar a cabo prácticas ‘menos convencionales’ pero no dañinas, no deberían ser enjuiciadas públicamente.

Aunque, ¿quién es capaz de definir qué es perjudicial o no para los demás y qué actitud es enjuiciable o no? ¿Comer carne humana es permisible? Yo, personalmente, pienso que es pasarse un poquito.

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