Clásicos, PELÍCULAS

Historias de Filadelfia, rememoramos un clásico

:: Paula Márquez

Aquel que aprecie el cine clásico debe haber visto, al menos una vez en la vida, Historias de Filadelfia (1940). Se trata de una de las obras más destacadas del cine, especialmente de la screwball comedy, el género cinematográfico del Hollywood clásico basado en la comedia alocada.

Historias de Filadelfia comienza con la preparación de la boda de la distinguida Tracy Lord con George Kittredge. Sin embargo, lo que parece un cuento de hadas acaba siendo una pesadilla para la novia cuando aparece su exmarido de por medio junto a dos periodistas del corazón.

Al igual que el resto de comedias de este tipo tipo, el guión es la parte fundamental y la clave del éxito. Este clásico del cine, dirigido por George Cukor, tiene un guión excepcionalmente bueno. Destaca principalmente el uso del sarcasmo, que dota a la película de un humor inteligente del que carecen la mayoría de películas actuales. Además, el guión aporta un ritmo rápido a los acontecimientos, provocando que el espectador no quiera apartar la vista de la película por miedo a perderse un hecho importante.

Aunque, sin duda, lo que más destaca en Historias de Filadelfia es el magnífico reparto. En el film podemos observar como la mítica Katharine Hepburn se hace con el protagonismo de todas la escenas gracias al dramatismo e ironía de su personaje. Aunque no de lejos le siguen en presencia y talento los dos pretendientes de la película, interpretados por Cary Grant y James Stewart, dos grandes estrellas del cine clásico. Entre estos tres personajes se crea una química en pantalla que consigue que la película sea creíble.

Historias de Filadelfia no es una película que destaque por la fotografía o los efectos especiales, como las películas que abundan hoy en día. Se trata de un film reconocido hasta nuestros días porque tiene todo lo que representa la esencia del cine: una historia cautivadora con interpretaciones excelentes y un guión magnífico.

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